C/ Viriato 53, MADRID
Del 17 de Septiembre al 31 de Octubre del 2015
Cuando el equilibrio se rompe, el cielo escoge
entre los hombres a aquellos que son más sensibles,
y los hace resonar.
Han-Yu (768 - 824)
La
galería Espaciofoto quiere celebrar que por estas fechas se cumple el quinto
aniversario de su apertura, con una gran exposición dedicada a Masao Yamamoto,
uno de los fotógrafos japoneses más importantes de la actualidad. Bajo el
título de "Small Things in Silence", la muestra consta de 50 imágenes
repartidas en tres series: "Box of
Ku", "Nakazora" y "Kawa". La exposición se inaugura el
17 de septiembre, a las 20.00 h., y estará abierta al público hasta el 31 de
octubre.
Objetos únicos en pequeño
formato
Yamamoto es conocido en el mundo de
la fotografía contemporánea por sus poéticas imágenes que imprime siempre en
pequeño formato (a lo que alude el título de la exposición, "pequeñas
cosas en silencio") y que podrían equipararse a delicados haikús. Son
imágenes que el artista busca individualizar para convertirlas en objetos
únicos. Yamamoto desdibuja el límite entre pintura y fotografía experimentando
con las superficies impresas. Por ejemplo, tiñendo y virando (con té u otros
líquidos), pintando o rasgando sus fotografías. Sus temas habituales suelen ser
bodegones, desnudos o paisajes, pero su imaginación le lleva a experimentar
también en este aspecto. En los últimos tiempos intenta crear imágenes que puedan
evocar recuerdos. En otras ocasiones con sus pequeñas fotografías construía
instalaciones que mostraban cómo cada imagen forma parte de una realidad más
amplia.
Nacido en 1957 en Gamagori City, en
la prefectura de Aichi en Japón, estudió pintura antes de escoger la fotografía
en gelatina de plata como su medio artístico. Comenzó exponiendo en muestras
colectivas tanto en Japón como en Italia. Su primera gran exposición
individual, con la serie "A Box of Ku", la realizó en la Shapiro
Gallery de San Francisco, en 1994, aunque el espaldarazo internacional le llegó
dos años más tarde con una muestra en la
Yancey Richardson Gallery de Nueva York. Desde ese momento su presencia
es habitual en galerías y museos de Estados Unidos, Europa, Japón, Rusia y
Brasil. Sus fotografías han aparecido en grandes medios internacionales, como
el diario New York Times y las principales revistas de arte. Masao Yamamoto
reside en Yatsugatake Nanroku, en la prefectura de Yamanashi, donde disfruta
creando su trabajo rodeado de la naturaleza.
Hay artistas cuyas imágenes de gran formato o
temas “fuertes” vienen a nuestro encuentro, como una flecha directa a los ojos,
con el fin de hacernos aspirar el ácido hedor de nuestros días. Masao Yamamoto
no se cuenta entre ellos; mas bien está en las antípodas. Sus fotografías no
llegan a nosotros fácilmente: somos nosotros los que debemos ir a su encuentro,
y a menudo acercarnos mucho debido a su pequeño formato, como si nos
acercáramos a mirar en el hueco de una cerradura. Frente a la espectacularidad
o violencia de muchas imágenes contemporáneas, él opone lo suave, lo sutil; lo
cual no indica blandura ni conformismo de ningún género: su suavidad es
semejante a la niebla que envuelve en misterio a un paisaje y lo transmuta.
Tampoco su arte corresponde a
ningún formalismo al uso; ni siquiera a esa etiqueta añosa, establecida por las
vanguardias históricas del siglo pasado, que obliga periódicamente a los
artistas a rendir culto a una ruptura permanente. Su poética particular es fiel
a su tradición cultural, vive apartada de la inercia desintegradora que impulsa
a las nuevas corrientes artísticas. Visto desde esta óptica, Yamamoto podría
parecer un artista nostálgico, un artista “antimoderno”. Sus fotografías casi siempre en blanco y negro, y
delicadamente bañadas en té o café, tienen a menudo los bordes desgastados
adrede, a veces rotos o raspados, o con pequeños arañazos y diminutas
salpicaduras; parecen sacadas de un viejo álbum fotográfico en el que el tiempo
a dejado su marca indeleble.
Sus fotos nunca tienen el brillo
artificial de las superficies nuevas ni la viveza postiza de los tonos subidos,
Yamamoto rechaza el aspecto nuevo de los objetos que parecen haber quedado
fuera del efecto del tiempo: para él, cualquier máscara de actualidad o de vana
pretensión de escapar al desgaste temporal, sencillamente es ilusoria. Pero, si
bien el tiempo histórico no ha dejado ninguna huella en sus fotografías, el
tiempo se expresa como eterno presente, o un instante sin fin, inmóvil, de lo
intemporal. Y también, por otro lado, el flujo del tiempo deja su rastro de
deterioro en la materialidad de las fotografías, lo cual es una toma de
conciencia con la fugacidad de todas las cosas. Pero volvamos a su paciente y
delicado trabajo de taller, que tiene la
particularidad, la rara virtud, de convertir una fría reproducción serial,
producida por una máquina, en un objeto único, que muchas veces cabe en la
palma de la mano. Esto devuelve de algún modo la fotografía a una dimensión
artesanal emparentada con los viejos
oficios manuales de los pintores o miniaturistas del pasado. No en vano, Yamamoto
comenzó su andadura artística como pintor.
Jacobo Siruela
El
texto es un extracto del que aparece en la introducción al libro "Small
Things in Silence", editado por la editorial RM.
“Small Things in Silence"
Me he expresado a través del
arte durante los últimos 40 años.
Durante todo este tiempo, me
he preguntado constantemente a mi mismo:
¿Qué es lo que veo? ¿Qué es
lo que no he visto? ¿Qué es lo que cuento?¿Qué es lo que no cuento?
La lucha por contestar a
estas preguntas es lo que genera mis creaciones.
No estaba seguro acerca de
mi nicho en el universo, mi “sitio” en esta existencia; y necesitaba creer en
el arte para seguir viviendo.
En mi viaje de
autodescubrimiento, me he detenido a menudo y he dado algunos rodeos. Los
trabajos que he “dejado caer” a lo largo de este viaje marcan mis pasos, tan
caóticos e inconsistentes como deben ser.
Cuando miro hacia atrás en
mi camino, me doy cuenta de que un motivo insistente en mi obra es la obsesión
por las cosas pequeñas. Siento felicidad cuando descubro pequeñas cosas,
aparentemente insignificantes, que pueden pasar desapercibidas.
Estoy interesado en esos
sentimientos incómodos, como cuando te saltas un ojal o te encuentras estancado
y perdido en una niebla que te desorienta.
Prefiero susurrar mis
mensajes en voz baja en lugar de contarlos de forma ruidosa; tienen que ser tan
ligeros como para que puedan confundirse con ilusiones.
Sé que llevaré conmigo estos
sentimientos por mucho tiempo.
Espero que las débiles ondas
que emite mi trabajo, crezcan como mensajes tranquilos pero elocuentes que
lleguen a los que quieran escuchar.
Masao Yamamoto
Gracias por difundirlo. Aprecio la sutileza y el silencio. Creo que me gustará.
ResponderEliminarEstoy segura de que sí. Yamamoto tiene una gran sensibilidad para los pequeños detalles, los cuales recrea de forma sencilla y hermosa.
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