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domingo, 9 de octubre de 2016

Robert Doisneau: La belleza de lo cotidiano

FUNDACIÓN CANAL
C/ Mateo Inurria, 2  MADRID
Del 6 de Octubre de 2016 al 8 de Enero de 2017

 Mademoiselle Anita, 1951

La Fundación Canal acoge en su sala de Mateo Inurria, la exposición “Robert Doisneau: La Belleza de lo Cotidiano”, que recoge por primera vez en España y en un mismo espacio, varias de las obras emblemáticas del maestro de la fotografía francés junto a otras nunca o muy poco vistas, como su primer trabajo en color sobre los campos de golf de Palm Springs, realizado en 1960 por encargo.

Hablar de Doisneau es hablar de uno de los pilares fundamentales de la fotografía del siglo XX. Al autor le tocó vivir uno de los periodos más fructíferos de la Historia de la Fotografía y logró pertenecer, por derecho propio, a un selecto grupo de artistas que hoy se consideran los grandes mitos de la fotografía universal.
 
 El beso frente al Hôtel De Ville, 1960

La información escolar, París 1956



Doisneau produjo alrededor de 450.000 negativos. Su trabajo se basaba en encontrar un escenario sugerente y estar atento a todo lo que pasaba a su alrededor para captar los gestos de las personas corrientes en situaciones cotidianas.

Con un estilo fresco e inmediato, su trabajo se vio marcado por la insumisión que le caracterizaba: rechazó las normas impuestas, nunca se plegó a las modas y se desmarcó de todo cuanto le pareciera prestablecido. Su legado artístico es el resultado de esa sucesión de instantes de desobediencia. Caótico por naturaleza, Robert Doisneau no seguía orden ni criterio alguno, por lo que resulta muy complicado clasificar y ordenar sus trabajos, ya que no tenía intención artística preconcebida.

Autorretrato con Rolleiflex, 1947

 Criaturas de ensueño, París 1952

Empeñado en conocer la vida no como es, sino como a él le hubiera gustado que fuera, Doisneau fue un extraordinario narrador que dio vida a una ficción directamente extraída de la realidad, devolviendo un reflejo modificado de momentos insignificantes.

Internacionalmente conocido por sus retratos de la vida en la calle, sus fotografías han llegado a ser iconos de la vida parisina. Le encantaba frecuentar el París “secreto”, el de los callejones y los mercados, el de las fiestas en las orillas del Sena  y el de la gente de los suburbios. Gran admirador de la danza y amigo de  bailarines, escritores, pintores y cómicos supo también reflejar el mundo de la escena, de los teatros y los cabarets y también el de las múltiples tabernas frecuentadas tanto por artistas e intelectuales como por la gente corriente, la gente del barrio.

Los cisnes inflables, 1960

 Piscina, 1960

Su búsqueda esencial estaba en esa constante captación de los momentos minúsculos de un mundo que observaba con agudeza para devolvernos un reflejo modificado. En su modesta sabiduría Doisneau escribió: “Una centésima de segundo por aquí, una centésima de segundo por allá puestas una tras otra, no darían más que dos o tres segundos robados a la eternidad.”

Annette Doisneau © Conchita Meléndez 

Las 110 fotografías que componen la muestra han sido seleccionadas por Annette Doisneau y Francine Deroudille, hijas del artista y comisarias de la exposición. Annette Doisneau fue también la encargada de presentar el trabajo de su padre a los medios de comunicación, resaltando con sus anécdotas el lado más humano del hombre y del fotógrafo.  









 

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