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martes, 2 de mayo de 2017

Las utopías de Gilbert Garcin

CENTRO NIEMEYER
Av. del Zinc, s/n.  Avilés, ASTURIAS
Del 21 de Abril al 25 de Junio de 2017 



Las escenas inventadas y llevadas a cabo por Gilbert Garcin son aparentemente simples. Los medios utilizados son: una mesa como escenario, imágenes recortadas, algunos accesorios y un proyector de diapositivas... más la elaboración, pero es lo de menos, viendo las resonancias que despiertan en nosotros. Con veinte años de creación artística, Gilbert Garcin ha mantenido cerca de 260 imágenes, o un promedio de aproximadamente trece por año. Es mucho trabajo para llegar a la sencillez esencial de estas pequeñas fábulas, parábolas, aforismos, como se quiera... Su éxito es impresionante y trasciende fronteras. El éxito de Gilbert Garcin desde su primera —y tardía— exposición en 1993 parece un viaje milagroso a partir de 2013 con una retrospectiva en los Rencontres d’Arles.

Sus mejores creaciones combinan forma y contenido, impacto visual y la pertinencia de la metáfora. Por ejemplo, Cambiar el mundo que muestra a Garcin agarrando y deshaciendo la trama del determinismo, representada por un lazo negro que se extiende indefinidamente por el suelo. La imagen es hermosa y lleva la marca del humor de un personaje de Tati, alterando el mundo mediante una acción pequeña pero concentrada y obstinada sobre un "detalle" que trasciende decisivo.


Las escenas inventadas y llevadas a cabo por Gilbert Garcin son aparentemente simples. Los medios utilizados son: una mesa como escenario, imágenes recortadas, algunos accesorios y un proyector de diapositivas... más la elaboración, pero es lo de menos, viendo las resonancias que despiertan en nosotros. Con veinte años de creación artística, Gilbert Garcin ha mantenido cerca de 260 imágenes, o un promedio de aproximadamente trece por año. Es mucho trabajo para llegar a la sencillez esencial de estas pequeñas fábulas, parábolas, aforismos, como se quiera... Su éxito es impresionante y trasciende fronteras. El éxito de Gilbert Garcin desde su primera —y tardía— exposición en 1993 parece un viaje milagroso a partir de 2013 con una retrospectiva en los Rencontres d’Arles.


Sus mejores creaciones combinan forma y contenido, impacto visual y la pertinencia de la metáfora. Por ejemplo, Cambiar el mundo que muestra a Garcin agarrando y deshaciendo la trama del determinismo, representada por un lazo negro que se extiende indefinidamente por el suelo. La imagen es hermosa y lleva la marca del humor de un personaje de Tati, alterando el mundo mediante una acción pequeña pero concentrada y obstinada sobre un "detalle" que trasciende decisivo.

Pero otras mantienen una parte de misterio. Es precisamente lo que da la esencia. ¿Cómo interpretar El corazón de la diana? Por intuición, se percibe el humor. Un poco absurdo. Pero el encanto radica en los caminos que abre a la imaginación de varias lecturas.


Otro ejemplo de la rica paleta de Garcin, entre palabra e imagen: El peligro de las imágenes llama la atención en su complejidad visual y la disposición surrealista, laberíntica, de su interpretación, mientras que El amo del mundo es de una sorprendente simplicidad e ilustra sin ambigüedad la expresión "tirar de las cuerdas".

Es en este intervalo entre la evidencia y el enigma en el que juega Gilbert Garcin. Y también destaca hasta qué punto sus imágenes son inseparables de la palabra. La importancia del título.


Un buen número de imágenes —casi la cuarta parte— “tratan” de la pareja: La vida por delante, La unión, Tener razón, El contrato de boda, El equilibrio perfecto, Divergencia... Gilbert Garcin se expone en sus imágenes, a través de su personaje recortado, protagonista principal de sus historias... por lo tanto, su creación ha invadido poco a poco su día a día, era natural que su esposa Monique se incorporase al escenario. Una de las principales fuentes de las imágenes de Garcin es también el contraste creado por la banalidad de la pareja normal y la apariencia fantástica, surrealista, de las situaciones en la que ellos se sumergen.


Algunas escenas finalmente se aproximan a una forma de autobiografía. Dejando a un lado los aforismos y la declaración de principios, parecen más bien ilustrar un estado de ánimo, un sentimiento, y el personaje de Mister G es de repente dotado de humanidad.

Así como su silueta rechoncha caminando en la noche entre los castillos de arena derruidos (En la playa, 1998), y también, la realizada después de la muerte de Monique, Sólo, 2012.

Esta exposición reúne ochenta fotografías. Esta es una elección subjetiva que abarca veinte años de creación.




FUENTE: Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer

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