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martes, 11 de octubre de 2016

La Térmica de Málaga acoge las icónicas fotografías recreadas por John Malkovich y Sandro Miller



Centro de Cultura Contemporánea La Térmica
Sala 014
Avenida de los Guindos, 48. Málaga.
Del 15 de Octubre de 2016 al 29 de Enero de 2017


El Centro de Cultura Contemporánea La Térmica de Málaga acoge desde el 15 de octubre la exposición "Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía", del prestigioso fotógrafo norteamericano Sandro Miller. Para este proyecto, producido por diChroma photography y que permanecerá abierto al público hasta el 29 de enero de 2017, Miller ha reinterpretado minuciosamente una selección de 41 de las más memorables fotografías del siglo XX pero con una "pequeña" diferencia: todas ellas están protagonizadas por el actor John Malkovich. Miller y Malkovich se conocían desde hacía un par de décadas y habían colaborado ya en varias ocasiones cuando decidieron unir fuerzas en este proyecto, que refleja tanto la capacidad interpretativa de Malkovich como el talento creativo de Miller.

            
A las 19.00 h. del sábado 15 de octubre, Sandro Miller da una conferencia sobre el origen y la realización del proyecto fotográfico y a las 20.00 h. se inaugura la exposición.


            En el marco de la misma, se incluye una muestra de unos 50 retratos cuyos autores son los ganadores de un concurso realizado en Instagram durante el mes de agosto, que ha sido convocado por La Térmica y la comunidad de Instagramers Spain, la mayor comunidad de fans de la red social en nuestro país.

                Con apenas 16 años y tras ver el trabajo de Irving Penn, Sandro Miller supo que quería ser fotógrafo. Autodidacta, Miller se basó en los libros de grandes autores de la historia de la fotografía. A través de sus imágenes, aprendió el arte de la composición, la iluminación o el retrato. Treinta años más tarde, con clientes como Forbes, GQ, Esquire, American Express, Coca-Cola o BMW, entre otros, Miller se ha consolidado como uno de los grandes fotógrafos publicitarios a nivel internacional.

            Su éxito comercial le ha permitido abordar proyectos más personales, como sus trabajos en Cuba, las fotografías de músicos de blues o de diversas compañías de danza, así como diversos proyectos con su amigo y colaborador John Malkovich. Sandro Miller conoció a Malkovich en la década de 1990, mientras ambos colaboraban con la compañía de teatro Steppenwolf, en Chicago. 16 años después, ambos siguen trabajando juntos.


            En 2013, Miller decidió homenajear a los hombres y mujeres cuyas fotografías contribuyeron a moldear su propia carrera. Tras seleccionar las imágenes sobre las que iba a trabajar, Miller contactó con Malkovich, quien accedió a participar en el proyecto inmediatamente. Cuando habla de Malkovich, Miller afirma: "John es la persona más brillante y creativa que conozco. Su genio es incomparable. Puedo sugerirle una idea o un simple estado de ánimo y, apenas un momento después, se transforma literalmente en uno de los personajes. Confía tanto en mi trabajo y en nuestro proyecto... Me parece una bendición tenerlo como amigo y colaborador."

            "Malkovich, Malkovich Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía" incluye imágenes tan formidables como el retrato de Irving Penn a Truman Capote, arrodillado sobre una silla en un rincón; las fotos de Bert Stern a una sensual Marilyn Monroe; la dramática foto de Dorothea Lange a una madre migrante; el autorretrato de Mapplethorpe con una pistola; la famosa fotografía que Annie Leibovitz hizo a John Lennon y Yoko Ono, portada de la revista Rolling Stone; la imagen de Diane Arbus de un niño con una granada en la mano o el apicultor rodeado de abejas de Richard Avedon, entre muchas otras grandes fotografías del siglo XX.

            Con este proyecto Sandro Miller ha tratado de "entrar en la cabeza de estos grandes fotógrafos y diseccionar lo que estaban haciendo en aquellos momentos, lo que estaba pasando, la emoción que querían extraer de sus personajes, de dónde venía la luz, por qué eligieron aquella cámara en concreto para hacer la foto...".

            Considerado como uno de los más grandes actores norteamericanos del siglo XXI, Malkovich muestra su camaleonismo mutando en todo tipo de personajes: Albert Einstein, Che Guevara, John Lennon, Andy Warhol... Gracias a la gran habilidad del actor y al sorprendente trabajo fotográfico de Miller, la exposición rinde un singular homenaje a la historia de la fotografía.

domingo, 9 de octubre de 2016

Robert Doisneau: La belleza de lo cotidiano

FUNDACIÓN CANAL
C/ Mateo Inurria, 2  MADRID
Del 6 de Octubre de 2016 al 8 de Enero de 2017

 Mademoiselle Anita, 1951

La Fundación Canal acoge en su sala de Mateo Inurria, la exposición “Robert Doisneau: La Belleza de lo Cotidiano”, que recoge por primera vez en España y en un mismo espacio, varias de las obras emblemáticas del maestro de la fotografía francés junto a otras nunca o muy poco vistas, como su primer trabajo en color sobre los campos de golf de Palm Springs, realizado en 1960 por encargo.

Hablar de Doisneau es hablar de uno de los pilares fundamentales de la fotografía del siglo XX. Al autor le tocó vivir uno de los periodos más fructíferos de la Historia de la Fotografía y logró pertenecer, por derecho propio, a un selecto grupo de artistas que hoy se consideran los grandes mitos de la fotografía universal.
 
 El beso frente al Hôtel De Ville, 1960

La información escolar, París 1956



Doisneau produjo alrededor de 450.000 negativos. Su trabajo se basaba en encontrar un escenario sugerente y estar atento a todo lo que pasaba a su alrededor para captar los gestos de las personas corrientes en situaciones cotidianas.

Con un estilo fresco e inmediato, su trabajo se vio marcado por la insumisión que le caracterizaba: rechazó las normas impuestas, nunca se plegó a las modas y se desmarcó de todo cuanto le pareciera prestablecido. Su legado artístico es el resultado de esa sucesión de instantes de desobediencia. Caótico por naturaleza, Robert Doisneau no seguía orden ni criterio alguno, por lo que resulta muy complicado clasificar y ordenar sus trabajos, ya que no tenía intención artística preconcebida.

Autorretrato con Rolleiflex, 1947

 Criaturas de ensueño, París 1952

Empeñado en conocer la vida no como es, sino como a él le hubiera gustado que fuera, Doisneau fue un extraordinario narrador que dio vida a una ficción directamente extraída de la realidad, devolviendo un reflejo modificado de momentos insignificantes.

Internacionalmente conocido por sus retratos de la vida en la calle, sus fotografías han llegado a ser iconos de la vida parisina. Le encantaba frecuentar el París “secreto”, el de los callejones y los mercados, el de las fiestas en las orillas del Sena  y el de la gente de los suburbios. Gran admirador de la danza y amigo de  bailarines, escritores, pintores y cómicos supo también reflejar el mundo de la escena, de los teatros y los cabarets y también el de las múltiples tabernas frecuentadas tanto por artistas e intelectuales como por la gente corriente, la gente del barrio.

Los cisnes inflables, 1960

 Piscina, 1960

Su búsqueda esencial estaba en esa constante captación de los momentos minúsculos de un mundo que observaba con agudeza para devolvernos un reflejo modificado. En su modesta sabiduría Doisneau escribió: “Una centésima de segundo por aquí, una centésima de segundo por allá puestas una tras otra, no darían más que dos o tres segundos robados a la eternidad.”

Annette Doisneau © Conchita Meléndez 

Las 110 fotografías que componen la muestra han sido seleccionadas por Annette Doisneau y Francine Deroudille, hijas del artista y comisarias de la exposición. Annette Doisneau fue también la encargada de presentar el trabajo de su padre a los medios de comunicación, resaltando con sus anécdotas el lado más humano del hombre y del fotógrafo.