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lunes, 19 de octubre de 2015

SON MODERNAS, SON FOTÓGRAFAS



CENTO POMPIDOU DE MÁLAGA

Pasaje Dr. Carrillo Casaux
(Muelle Uno) Puerto de Málaga
29016 Málaga
Del 16 de Octubre 2015 al 24 de Enero 2016

Florence Henri, Retrato composición, Cora 1931
© Adagp, Paris 2015

El oficio de fotógrafo experimentó un importante auge durante el período de entreguerras. Los avances tecnológicos acontecidos en el terreno de la fotografía, como el desarrollo de la edición y la prensa ilustrada, desencadenaron la eclosión de un nuevo imperio de la imagen, que provocó nuevas necesidades y reclutó a multitud de adeptos. Información, publicidad, moda, arte… La fotografía cuenta con numeras parcelas en las que es inevitable su utilización como una alternativa moderna al dibujo o la pintura, y también se beneficia de la vocación de las vanguardias por renovar el vocabulario visual; los profesionales retoman estas innovaciones en sus trabajos por encargo. Las fotografías reflejan la evolución cultural y social radical de la sociedad occidental de principios del siglo XX, son las causantes de la instauración de nuevas formas de consumo e incitan al culto de la apariencia.



 Maroamme Breslauer, Sin título, 1937
© Adagp, Paris 2015

Las mujeres, modelos omnipresentes de este arte, son igualmente autoras: muchas de ellas practican la fotografía amateur aunque otras muchas, ansiosas por una emancipación financiera y social, se deciden por la fotografía como oficio. Sin embargo, su lugar en la historia del periodo ha sido demasiado discreto, exceptuando ciertos referentes como Laure Albin Guillot, Florence Henri, Dora Maar o Germaine Krull. La mayoría de ellas ejercen en Francia, concretamente en París, ciudad moderna por excelencia y lugar de encuentro de numerosos artistas, fotógrafos, escritores e intelectuales franceses o extranjeros. El estudio de sus producciones y de su contexto de difusión demuestra que no tendría sentido poner el acento en la peculiaridad de una determinada mirada, técnica o tema femenino: estas mujeres fotógrafas de entreguerras han sabido crear su propio espacio, así como hicieron sus compañeros de profesión, utilizando los mismos aparatos, recursos y público que utilizaron ellos, sin tener por qué jugar con sus diferencias.



Florence Henri, Composición autorretrato 1938
© Adagp, Paris 2015

Escoger este oficio no parece, a priori, algo que se decida a la ligera: requiere cualidades físicas innegables, a veces implica duras negociaciones y exige trabajar en la esfera pública, dedicada aún para el género masculino. Varias razones explican esta preferencia. A diferencia de otras artes plásticas, la fotografía se considera un arte menor, y no se le atribuye el peso de una larga tradición. Desde el siglo XIX, las mujeres son acogidas en las sociedades de fotógrafos amateur, publican y participan en las exposiciones, sin darse de golpe con las restricciones que han podido sufrir durante mucho tiempo en el ambiente de la pintura y la escultura. La práctica profesional de la fotografía no gozaba de un prestigio social particular, no requería un aprendizaje específico, diploma o certificado oficial.
 
 Dora Maar, Sin título [Assia], 1934
© Adagp, Paris 2015

En un momento de la historia en que la educación y la capacidad jurídica de las mujeres permanecían en Francia mucho más limitadas que en los Estados Unidos o en otros países europeos de la misma época, el oficio de fotógrafo les permite dirigir, ellas mismas, su negocio y acceder a remuneraciones equivalentes a la de los hombres. También les garantiza la liberación de las costumbres conservadoras de la burguesía: la mayoría de estas mujeres pertenecen a un ambiente acomodado, son solteras, viudas o divorciadas y, en muchos casos, cercanas a los movimientos feministas. Impermeables a la propaganda natalista, por más que esta se intensificara después de la Primera Guerra Mundial, rara vez tenían hijos. Frecuentan artistas de vanguardia, intelectuales, escritores, y personalidades mundanas que comparten sus reivindicaciones y su estilo de vida liberado.
 


 Ina Brandy, Fin de semana inglés. Las mujeres sin hombres.
En torno a 1945
© Adagp, Paris 2015

La profesión resulta particularmente atractiva para las mujeres ansiosas por conseguir una independencia financiera y social; trabajan por encargo para editores de magacines, revistas o libros. Algunas como Laure Albin Guillot o Ergy Landau, abren un estudio donde poder hacer retratos, fotografías de moda y publicidad, otras, como Germaine Krull, Denise Bellon o Nora Dumas realizan los reportajes en el exterior. Este particular aspecto de lo moderno, además de la profesionalización femenina, es lo que la exposición pretende recalcar.
 
Denise Bellon, Muestras de diversas esencias
Fabricación de perfumes en Grasse [Fábrica Bertrand Frères] en 1938
© Adagp, Paris 2015

Esta exposición reúne más de 150 pruebas fotográficas realizadas entre 1920 y 1940 por una veintena de mujeres. En ella podremos ver desnudos, retratos, reportajes, fotografías de moda y publicidad,  elegidas de entre las colecciones del Musée National d’Art Moderne del Centre Pompidou. La mayoría de ellas perteneció al coleccionista Christian Bouqueret, especialista en fotografía de entreguerras en Francia. Fue de los primeros en interesarse y homenajear el trabajo de estas mujeres fotógrafas.





Las fotógrafas que participan en la muestra son:

Berenice Abbott
Laure Albin Guillot
Denise Bellon
Ina Bandy
Marianne Breslauer
Ilse Bing
Yvonne Chevalier
Marcelle D’Heilly
Nora Dumas (Nora Telkes de Kelenfold)
Florence Henri
Lotte Johanna Jacobi
Annelise Kretschmer
Germaine Krull
Ergy Landau
Suzanne Laroche
Dora Maar (Henriette Théodora Markovitch)
Lisette Model (Elise F. Amélie Seybert)
Rogi André (Rosa Klein)

 


 

 

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