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martes, 15 de septiembre de 2015

Small Things in Silence - Masao Yamamoto

Galería Espaciofoto
C/ Viriato 53,  MADRID
Del 17 de Septiembre al 31 de Octubre del 2015


Cuando el equilibrio se rompe, el  cielo escoge
entre los hombres a aquellos que son más sensibles,
y los hace resonar.
              Han-Yu  (768 - 824)


La galería Espaciofoto quiere celebrar que por estas fechas se cumple el quinto aniversario de su apertura, con una gran exposición dedicada a Masao Yamamoto, uno de los fotógrafos japoneses más importantes de la actualidad. Bajo el título de "Small Things in Silence", la muestra consta de 50 imágenes repartidas en tres series:  "Box of Ku", "Nakazora" y "Kawa". La exposición se inaugura el 17 de septiembre, a las 20.00 h., y estará abierta al público hasta el 31 de octubre.


Objetos únicos en pequeño formato

            Yamamoto es conocido en el mundo de la fotografía contemporánea por sus poéticas imágenes que imprime siempre en pequeño formato (a lo que alude el título de la exposición, "pequeñas cosas en silencio") y que podrían equipararse a delicados haikús. Son imágenes que el artista busca individualizar para convertirlas en objetos únicos. Yamamoto desdibuja el límite entre pintura y fotografía experimentando con las superficies impresas. Por ejemplo, tiñendo y virando (con té u otros líquidos), pintando o rasgando sus fotografías. Sus temas habituales suelen ser bodegones, desnudos o paisajes, pero su imaginación le lleva a experimentar también en este aspecto. En los últimos tiempos intenta crear imágenes que puedan evocar recuerdos. En otras ocasiones con sus pequeñas fotografías construía instalaciones que mostraban cómo cada imagen forma parte de una realidad más amplia.


            Nacido en 1957 en Gamagori City, en la prefectura de Aichi en Japón, estudió pintura antes de escoger la fotografía en gelatina de plata como su medio artístico. Comenzó exponiendo en muestras colectivas tanto en Japón como en Italia. Su primera gran exposición individual, con la serie "A Box of Ku", la realizó en la Shapiro Gallery de San Francisco, en 1994, aunque el espaldarazo internacional le llegó dos años más tarde con una muestra en la  Yancey Richardson Gallery de Nueva York. Desde ese momento su presencia es habitual en galerías y museos de Estados Unidos, Europa, Japón, Rusia y Brasil. Sus fotografías han aparecido en grandes medios internacionales, como el diario New York Times y las principales revistas de arte. Masao Yamamoto reside en Yatsugatake Nanroku, en la prefectura de Yamanashi, donde disfruta creando su trabajo rodeado de la naturaleza.


        Hay artistas cuyas imágenes de gran formato o temas “fuertes” vienen a nuestro encuentro, como una flecha directa a los ojos, con el fin de hacernos aspirar el ácido hedor de nuestros días. Masao Yamamoto no se cuenta entre ellos; mas bien está en las antípodas. Sus fotografías no llegan a nosotros fácilmente: somos nosotros los que debemos ir a su encuentro, y a menudo acercarnos mucho debido a su pequeño formato, como si nos acercáramos a mirar en el hueco de una cerradura. Frente a la espectacularidad o violencia de muchas imágenes contemporáneas, él opone lo suave, lo sutil; lo cual no indica blandura ni conformismo de ningún género: su suavidad es semejante a la niebla que envuelve en misterio a un paisaje y lo transmuta.

            Tampoco su arte corresponde a ningún formalismo al uso; ni siquiera a esa etiqueta añosa, establecida por las vanguardias históricas del siglo pasado, que obliga periódicamente a los artistas a rendir culto a una ruptura permanente. Su poética particular es fiel a su tradición cultural, vive apartada de la inercia desintegradora que impulsa a las nuevas corrientes artísticas. Visto desde esta óptica, Yamamoto podría parecer un artista nostálgico, un artista “antimoderno”. Sus fotografías  casi siempre en blanco y negro, y delicadamente bañadas en té o café, tienen a menudo los bordes desgastados adrede, a veces rotos o raspados, o con pequeños arañazos y diminutas salpicaduras; parecen sacadas de un viejo álbum fotográfico en el que el tiempo a dejado su marca indeleble.

           Sus fotos nunca tienen el brillo artificial de las superficies nuevas ni la viveza postiza de los tonos subidos, Yamamoto rechaza el aspecto nuevo de los objetos que parecen haber quedado fuera del efecto del tiempo: para él, cualquier máscara de actualidad o de vana pretensión de escapar al desgaste temporal, sencillamente es ilusoria. Pero, si bien el tiempo histórico no ha dejado ninguna huella en sus fotografías, el tiempo se expresa como eterno presente, o un instante sin fin, inmóvil, de lo intemporal. Y también, por otro lado, el flujo del tiempo deja su rastro de deterioro en la materialidad de las fotografías, lo cual es una toma de conciencia con la fugacidad de todas las cosas. Pero volvamos a su paciente y delicado trabajo de taller, que  tiene la particularidad, la rara virtud, de convertir una fría reproducción serial, producida por una máquina, en un objeto único, que muchas veces cabe en la palma de la mano. Esto devuelve de algún modo la fotografía a una dimensión artesanal  emparentada con los viejos oficios manuales de los pintores o miniaturistas del pasado. No en vano, Yamamoto comenzó su andadura artística como pintor.

            Jacobo Siruela

El texto es un extracto del que aparece en la introducción al libro "Small Things in Silence", editado por la editorial RM.

 

“Small Things in Silence"

Me he expresado a través del arte durante los últimos 40 años.

Durante todo este tiempo, me he preguntado constantemente a mi mismo:

¿Qué es lo que veo? ¿Qué es lo que no he visto? ¿Qué es lo que cuento?¿Qué es lo que no cuento?

La lucha por contestar a estas preguntas es lo que genera mis creaciones.
 
No estaba seguro acerca de mi nicho en el universo, mi “sitio” en esta existencia; y necesitaba creer en el arte para seguir viviendo.

En mi viaje de autodescubrimiento, me he detenido a menudo y he dado algunos rodeos. Los trabajos que he “dejado caer” a lo largo de este viaje marcan mis pasos, tan caóticos e inconsistentes como deben ser.

Cuando miro hacia atrás en mi camino, me doy cuenta de que un motivo insistente en mi obra es la obsesión por las cosas pequeñas. Siento felicidad cuando descubro pequeñas cosas, aparentemente insignificantes, que pueden pasar desapercibidas.

Estoy interesado en esos sentimientos incómodos, como cuando te saltas un ojal o te encuentras estancado y perdido en una niebla que te desorienta.

Prefiero susurrar mis mensajes en voz baja en lugar de contarlos de forma ruidosa; tienen que ser tan ligeros como para que puedan confundirse con ilusiones.

Sé que llevaré conmigo estos sentimientos por mucho tiempo.

Espero que las débiles ondas que emite mi trabajo, crezcan como mensajes tranquilos pero elocuentes que lleguen a los que quieran escuchar.

            Masao Yamamoto



jueves, 10 de septiembre de 2015

NACIONALIDAD INCIERTA DE JOSEF KOUDELKA


FUNDACIÓN MAPFRE 
C/ Bárbara de Braganza 13, MADRID
Del 10 de Septiembre al 29 de Noviembre


La FUNDACIÓN MAPFRE ha presentado hoy, 10 de septiembre, la retrospectiva más completa hasta el momento dedicada al fotógrafo checo, de nacionalidad francesa, Josef Koudelka, que podrá verse en la sala de exposiciones de la entidad, situada en la Calle Bárbara de Braganza, 13, en Madrid, hasta el 29 de noviembre.

Josef Koudelka (n.1938), ingeniero de profesión, comenzó a fotografiar de manera profesional en 1958, año en que realizó un conjunto de paisajes y escenas al aire libre tomadas en Praga y en viajes a Eslovaquia, Polonia e Italia.  A mediados de los sesenta se comprometió definitivamente con el medio fotográfico y pasó a convertirse en uno de los autores más influyentes de su generación. A medio camino entre lo artístico y lo documental, Koudelka es hoy una leyenda viva. Pertenece desde hace más de cuarenta años a la prestigiosa agencia Magnum Photo y ha recibido prestigiosos galardones en reconocimiento de su labor, entre otros el Grand Prix National de la Photographie (1989), el Grand Prix Cartier-Bresson (1991), y el International Award in Photography de la Hasselblad Foundation (1992).


La muestra, compuesta por más de 150 instantáneas, hace un recorrido por las más de cinco décadas de trabajo de este artista. Desde sus primeros proyectos experimentales, realizados a finales de los años cincuenta y durante los sesenta, hasta sus históricas series Gitanos, Invasión y Exilios y los grandes paisajes panorámicos realizados durante los últimos años.

Nacionalidad Incierta es el título de la exposición que describe tanto el sentimiento de falta de un lugar propio, de sensación de desubicación, tan presente en su obra desde su exilio de Checoslovaquia tras la Invasión de Praga, como su interés permanente por los territorios en conflicto.



La exposición ha sido organizada por The Art Institute de Chicago y the J. Paul Getty Museum en asociación con FUNDACIÓN MAPFRE.

En la rueda de prensa han participado el Director del Área de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE, Pablo Jiménez Burillo, el comisario Matthew Witkovsky y el propio artista Josef Koudelka.

 


En su intervención Josef Koudelka nos ha contado como la casualidad a veces puede llevarte a un camino que no esperabas. Sus fotos más conocidas, aquellas que le valieron la entrada en la Agencia Magnum, las que tomó durante la Primavera de Praga en 1968, se deben a una llamada que le realizó una amiga para comunicarle que los tanques soviéticos habían tomado las calles de la ciudad. Al principio ni siquiera la creyó, pero se echó a la calle con su cámara e hizo uno de los mejores reportajes de su vida. Sin embargo el no cree que sus imágenes sean fotoperiodismo, ni tampoco fotografía artística, y en realidad no le importa. Lo único importante es que las fotos sean buenas, que tengan algo que contar, que emocionen. Y sin duda todos los que visiten la exposición se sentirán emocionados, porque las fotos de Koudelka, sin duda, son buenas.