Sala Bárbara de Braganza
C/ Bárbara de Braganza, 13 MADRID
Del 14 de Septiembre de 2017 al 7 de Enero de 2018
Cuando uno piensa en Nicholas
Nixon un pequeño resorte salta en nuestro cerebro que lo asocia inmediatamente
a las hermanas Brown, esas cuatro mujeres a las que el autor ha estado
fotografiando durante más de cuarenta años. Y es que las casualidades de la
vida a veces pueden llevarnos a grandes logros cuando el empeño, la tenacidad y
el saber hacer toman el remplazo de lo que empezó de una forma inocente.
En 1974, Nicholas Nixon estaba
visitando a la familia de su mujer y en un momento determinado hizo un retrato
de ésta con sus hermanas. No le gustó el resultado y descartó el negativo. Al
año siguiente, en Julio de 1975 hizo una que le pareció lo suficientemente
interesante como para conservarla. El verano siguiente Laurie Brown, que por
entonces tenía 21 años, se graduó en la universidad y Nixon hizo otra foto.
Esta vez les pidió que se colocaran en el mismo orden en que lo habían hecho el
año anterior es decir que de izquierda a derecha aparecerían, Heather, Mimi,
Bebe, la esposa del fotógrafo, y Laurie. Así lo hicieron y así lo han venido
haciendo desde entonces por mutuo acuerdo. Esa fue una de las pocas condiciones
que se fijaron para la realización de esta serie. Otra de las cosas que
acordaron conjuntamente fue que se tomaría una sola imagen para representar
cada año y por último está el hecho de que cada una de estas imágenes ha sido
realizada con una cámara de gran formato 8x10 situada sobre un trípode y con
película en blanco y negro.
Presuntamente la serie se dio por
finalizada en el año 2014, pero la realidad es que el ritual se sigue llevando
a cabo y eso nos ha permitido a los espectadores asistir a una de las
investigaciones más interesantes y convincentes realizadas por la fotografía
contemporánea sobre el retrato y el paso del tiempo. Las fotografías realizadas
por Nixon, que emanan un cierto aire de álbum familiar, desconciertan y
fascinan al mismo tiempo al estar a medio camino entre la objetividad
documental y la intimidad emocional. Cada fotografía va tomando cuerpo en sí
misma pero todo su sentido lo alcanza al unirse a las demás y es dentro de la
serie donde adquiere toda su fuerza.
Esta serie fue la primera adquisición
que inició la colección de fotografía de la Fundación MAPFRE en 2009. También
forma parte de importantes colecciones como la del MoMA de Nueva York, La
National Gallery of Art de Washington, o la fundación A de Bruselas.
Pero la serie de las hermanas
Brown presentada completa en la exposición es solo una pequeña parte del
recorrido ya que en la muestra podremos ver sus trabajos iniciales realizados
en los años 70 cuando aún era un joven estudiante de fotografía en los
alrededores de la ciudad de Alburquerque, espacios nuevos en la frontera entre
la ciudad y el desierto. Estas imágenes fueron tomadas con una cámara de 4x5
pulgadas, que más tarde coincidiendo con su traslado a Boston remplazó por la
de 8x10 que se convertiría en su
herramienta definitiva.
Las vistas de Boston y Nueva York
forman parte de la primera serie desarrollada por Nixon entre los años 1974 y
1975. El choque con estas ciudades, ordenadas y caóticas al mismo tiempo le
permite desarrollar las cualidades que estaba experimentando con su cámara. La
serie formó parte de una de las exposiciones más influyentes de la historia de
la fotografía organizada en 1975 por la George Eastman House, en la que el
comisario William Jenkins reunió en ella a Robert Adams, Lewis Baltz, Bernd y
Hilla Becher, Joe Deal, Frank Gohlke, Stephen Shore, Henry Wessel, John Schott
y al propio Nicholas Nixon. En “New Topographics: Photographs of a Man-altered
Landscape” los autores optaron por una visión árida, fría y desapasionada que
rompiese con los cánones de belleza y composición de la fotografía tradicional.
A partir de 1977 Nixon se centra
principalmente en el retrato, y comienza a fotografiar a la gente de los
márgenes del río Charles, cerca de Boston y de otros barrios pobres del sur, de
Florida o Kentucky. Las fotografías se sitúan en la ribera del río, en las
playas y sobre todo en los porches de
las casas, convirtiendo estos lugares en un espacio de transición entre lo
público y lo privado. Llama sobre todo la atención en esta serie, que se
prolongaría hasta 1982, la naturalidad de las imágenes pues a pesar de estar
realizadas con una cámara de gran formato da la impresión de que ésta pasara
desapercibida, de modo que no pierden la frescura ni la espontaneidad a pesar
de lo complejo del proceso.
En los retratos de Nixon, tanto
en los realizados a los ancianos alojados en residencias que visitaba como
voluntario, como los que hizo a su familia, o a los enfermos de SIDA en los
años 80, se aprecia siempre una cercanía del autor hacia aquellos que está
fotografiando. Nixon ofrece siempre una crónica honesta y real de la vida de
todos ellos a través de su cámara.
En el año 2000 da comienzo a un
nuevo trabajo y lo hace no ya en series cerradas, sino que vuelve una y otra
vez sobre sus principales obsesiones. En Parejas no prepara las escenas, sino
que participa de ellas, y cuando ha creado un clima de confianza, la fotografía
surge sola, él solo tiene que disparar. El desnudo en fotografía ha estado
tradicionalmente asociado más con el sexo que con el retrato sin embargo las
fotografías de Nixon transmiten pasión, gozo e intimidad, al mostrar de una
forma casi abstracta la intensidad tanto física como emocional que hay en una
relación.
En las imágenes que cierran la
exposición “La Casa”, Nixon al fotografiar pequeños detalles de su hogar no
busca ninguna función relevante, simplemente se recrea en el puro placer, en la
magia de la fotografía que evoca momentos que nunca se repetirán.
Todas las fotografías de la
exposición son imágenes originales realizadas en gelatina de plata, buena parte
de ellas por contacto, lo que no sitúa ante una muestra de una calidad
exquisita. La muestra está acompañada por un estupendo catálogo que cuenta con
un texto de Sebastián Smee, crítico de arte y ganador de un premio Pulitzer, de
su comisario Carlos Gollonet, conservador de fotografía de Fundación MAPFRE y
tiene además una extensa entrevista con el artista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario