FUNDACIÓN
MAPFRE
Casa Garriga
i Nogués
Carrer de la
Diputació, 250, Barcelona
Del 31 de
Mayo al 10 de Septiembre
Fundación MAPFRE ha inaugurado en
la Ciudad Condal la exposición del artista norteamericano Duane Michals
(McKeesport, Pennsylvania, 1932), uno de los fotógrafos contemporáneos que con
mayor intensidad ha renovado el lenguaje fotográfico. Artista en equilibrio
entre la fotografía y la poesía, Michals es uno de los nombres más prestigiosos
de la vanguardia norteamericana. En los años sesenta plantea una nueva aproximación
a la fotografía que no pretende tanto documentar el hecho cumplido, el “momento
decisivo”, como ocuparse de los aspectos metafísicos de la vida.
“When you look at my photographs, you are looking at my thoughts” (“Cuando observas mis fotografías, estás observando mis pensamientos”). En esta frase radica la clave de lectura de la obra completa de Duane Michals: una obra que encaja, lo que sucede raramente, con su filosofía de vida. Hace sesenta años, al principio de su carrera, esta frase cimentaba ya unas imágenes destinadas a transformar los axiomas de la fotografía, revolucionando su forma y contenido.
La muestra, compuesta por 175
obras (cerca de 275 fotografías) y distribuida en doce secciones, propone un
recorrido que abarca tanto las series que sucesivamente han formado la
trayectoria de Michals como sus diferentes modalidades expresivas: desde la
sugestiva soledad de Empty New York hasta los recientes cortometrajes en video.
Incluyendo amplia antología de su obra comercial, que con el tiempo ha
configurado una atractiva galería de retratos de personalidades de la cultura y
el espectáculo.
Para completar el recorrido, se
exponen en las vitrinas documentos, dibujos originales o maquetas de libros
nunca antes presentados, así como una biografía ilustrada.
La dedicación a la fotografía de
Michals surgió de forma azarosa durante un viaje de vacaciones a Rusia en 1958,
sin haber recibido nunca formación fotográfica. Ese distanciamiento de las
convenciones del establishment fotográfico le ha permitido desplegar su
personal búsqueda artística desde una irrenunciable libertad creativa, aunque,
en paralelo desarrollaba una exitosa trayectoria comercial centrada sobre todo
en retratos por encargos de revistas, instituciones o particulares.
La singularidad de Michals surge
de su particular concepción de la representación fotográfica: para él no es
tanto el testimonio de un acontecimiento o de la apariencia de las cosas (la
realidad fotografiable), como la expresión de su interés por el lenguaje
poético y por los aspectos más profundos e inaccesibles de la vida para
desvelar, a través de ellos, lo que permanece oculto en las circunstancias
vitales del ser humano. Su pasión por Balthus, Magritte y De Chirico, a los que
quiso conocer en persona y retratar, refleja claramente esa atracción hacia lo
inconsciente y el surrealismo, aspectos ambos muy evidentes en muchas de sus
imaginativas creaciones.
Su importancia como impulsor de
cambios radicales en la concepción de la imagen se pone de manifiesto en un
rápido repaso de algunos de los hitos de su carrera: la introducción, en los
sesenta, de la secuencia fotográfica como técnica narrativa; la superposición
–en esos mismos años- de breves textos sobre las imágenes, con objeto de
aclarar su significado y su interrelación, en un claro desmentido del tópico
“una imagen vale más que mil palabras”; el significativo título que eligió para
la serie dedicada a los vicios y virtudes del arte contemporáneo: How
Photography lost its Virginity on the Way to the Bank (“Cómo la Fotografía
perdió su virginidad camino del banco”); o, más recientemente, y ya
octogenario, la continua invención de formas y técnicas para encauzar sus
necesidades expresivas, desde las obras en color positivadas en forma de
abanico como exploración de la fluctuante vida contemporánea, a la
reinterpretación de viejos ferrotipos en los que superpone signos y palabras
trazados al óleo.
Su distanciamiento de los cánones
de la práctica fotográfica se evidencia también, y rotundamente, en el aspecto
formal de su obra: Michals positiva con frecuencia en pequeño formato, en parte
como expresión de su rechazo a las prácticas del mercado pero también por la
sensación de intimidad que el tamaño reducido suscita al contemplar la obra: I
am not interested in the perfect print. I am interested in a perfect idea. Perfect ideas survive bad prints and
cheap reproductions. They can change our lives. (“No me interesa la
copia perfecta. Me interesa la idea perfecta. Las ideas perfectas sobreviven a
las malas copias y las reproducciones baratas. Y pueden cambiar nuestras
vidas”).
Michals ha recuperado en los
últimos años una técnica de pintura al óleo aplicada directamente sobre la
fotografía. Al añadir unos signos determinados sobre viejos ferrotipos da
nueva vida a
retratos antiguos comprados en mercadillos, que el fotógrafo
reinterpreta como protagonistas de un mundo creado a su medida y el autor ha
querido que una muestra de éstos estén presentes en la exposición.
En la presentación de la
exposición han participado la comisaria de la exposición, Enrica Viganó; el
director de Cultura de Fundación MAPFRE, Pablo Jiménez Burillo, y el fotógrafo,
Duane Michals.
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