El teatro Fernán Gómez. Centro
Cultural de la Villa produce la exposición El pintor de
canciones, una muestra
comisariada por Javier Panera, que cuenta con la colaboración de La Fábrica Y
que podrá visitarse hasta el 11 de noviembre.
La exposición reúne más de 400
piezas sobre diferentes soportes, que incluyen desde fotografía a míticas
portadas de discos o comics y que fueron realizadas por artistas como: Català- Roca, Oriol Maspons,
Xavier Miserachs, Pilar Aymerich, Pep Rigol, Alberto García-Alix, Jorge
Rueda, Ouka Lele, Eduard
Oumedes, Juan Santiso, Eliseo Villafranca, Nazario, Ceesepe, Montxo
Algora, Joan Brossa, Antoni Tàpies, Joan Miró, Antonio Saura, Millares, Equipo
Crónica, Genovés, Basilio Martín Patino, Iván Zulueta, Gonzalo García Pelayo,
Darío Corbeira, Julio Campal, Fernando Millán, Herminio Molero, Manolo Quejido,
Manuel Barbadillo, Elena Asins, Juan Hidalgo, José Miguel Ullán, Francisco
Pino...
Entre 1948 y 1978, años que
abarca la exposición, fueron muchos los creadores (pintores, escritores, cineastas,
dramaturgos...) que, tan fascinados por su estética como por su potencial subversivo,
integraron en sus prácticas culturales elementos que se relacionan de modo
directo o indirecto con los comportamientos, actitudes e iconografías de la
música popular, contribuyendo a minar, desde dentro, los pilares de la ya
fisurada sociedad española. La cultura popular, particularmente la asociada a
la música, se convirtió en una seña de identidad de una juventud rebelde: del
Mayo del 68 en París a la oposición a la guerra de Vietnam en EE.UU. y en el
caso de España la lucha por la democracia.
La muestra se divide en distintos
capítulos perfectamente diferenciados:
1.- Una oda a Louis Armstrong y un
blues para Joán Miró. vanguardia artística y jazz durante el franquismo y la
guerra fría.
2.- Canciones para después de una
guerra.
3.- En plena calle y a solo cien
metros de la Cibeles. Las matinales del Price (1962-1964)
4.- Cuando España hizo ¡Pop!.
5.- El pop en el campo de
batalla. Arte y canción como formas de resistencia
6.- Esta guitarra es una máquina
de matar fascistas. Violencia política y activismo artístico.
7.- Informalismo y canción de
autor.
8.- Denegada. La censura
discográfica durante el franquismo.
9.- Hombres de las praderas vs.
hijos del agobio.
10.- Estar (o no) en el Rrollo /
Vibraciones underground.
11.- Una escritura para ver, una
pintura para leer, una música para pensar…/ una república de poetas.
La muestra no podía empezar con
una época más adecuada. Tras el oasis cultural de la Segunda República, los dos
bandos en liza durante la Guerra Civil mostraron actitudes de rechazo hacia los
ritmos de jazz. Para los republicanos se
trataba de una música elitista y burguesa
producida bajo la influencia de Estados Unidos; –en 1937
milicianos catalanes clausuraron el Hot Club de Barcelona por considerar el
jazz “una música sospechosa de tendencias capitalistas”–; mientras que para los
nacionales el jazz era “un sonido chirriante que invitaba al desorden, música
“primitiva”, “inmoral” y “salvaje” que, además, había sido “inventada por
negros”.
Pero la realidad es que los
ritmos negros nunca dejaron de escucharse en España y el jazz siguió siendo la
música en la que muchos jóvenes proyectaron sus ansias de libertad, e
inagotable fuente de inspiración para poetas y artistas visuales.
Después, paso a paso, las
distintas salas de la muestra irán desgranando momentos históricos que
fueron marcados por los movimientos culturales
de cada una de las décadas representadas, y especialmente por su música. Desde
cantautores como Raymon, Imanol o Elisa Serna al “desenfrenado ritmo del twist
en las calles de Madrid, los conciertos del Price o de la Cochambre, o la
dorada época del pop y el rock.
Momentos de la historia marcados
por una fuerte represión que cada uno combatía a su manera. Si los músicos lo
hacía a través de las letras de sus canciones, los dibujantes, fotógrafos y
periodistas intervenían a través de sus obras y sus escritos. Así podremos ver
portadas de periódicos o revistas, a menudo censuradas e incluso secuestradas
antes de poder proceder a su distribución. También están presentes en la
muestra algunas de las mejores imágenes del Equipo Crónica, cuyos componentes
procedían del colectivo Estampa Popular y cuyo denominador común fue la
militancia antifranquista de sus miembros, vinculados en su mayoría al partido
comunista. Y por supuesto algunos de los comics y las publicaciones
independientes más potentes de la época, como las revista Bang!, o Ajoblanco, y
la impresionante portada de la revista
Star.
Sin duda estamos hablando de una
exposición que encantará a algunos y no tanto a otros, pero que no dejará a
ningún visitante indiferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario