C/ Limón, 28 - Plaza Guardias de Corps
MADRID
Inauguración 1 de Marzo de 2017 a las 20:00 h.
El hilo de la memoria, aquel
con el cosemos el pasado y el porvenir, ovilla en el corazón.
Bartolomé Ros y Ros
(Cartagena, Murcia 1906 – Madrid 1974) hizo fotografías para poder vivir. Según
Alejandro Castellote, “su etapa como fotógrafo no responde a un apremio
vocacional; son trabajos realizados con el prurito de los trabajadores que
respetan su oficio.” Nacido en 1906 en un familia humilde de la pedanía de los
Dolores de Cartagena, Murcia, Bartolomé Ros empezó a trabajar a los catorce
años como aprendiz de fotógrafo. En 1918 llega a Ceuta, donde comienza a
trabajar con el fotógrafo Ángel Rubio con quien adquiere sus primeros
conocimientos fotográficos, permaneciendo en esta ciudad hasta mediados de los
años cincuenta. Con apenas catorce años de edad toma su primera fotografía, un retrato
de su hermana Isabel en el que ya se aprecian algunas de las notas
características de su posterior trabajo: el purismo de líneas y la claridad
estética. En esa ciudad aprendió fotografía y allí comenzó a trabajar como
documentalista de la sociedad civil y militar, una actividad que se amplió a la
venta de álbumes y postales con motivos costumbristas de Marruecos y con sus
colaboraciones en la prensa local y nacional.
En 1929 funda Casa Ros en
Ceuta, dedicada a la importación y venta de aparatos fotográficos y
fonográficos y que supone el punto de partida de su singladura empresarial, que
lleva a su máximo desarrollo abriendo en Madrid en 1963, con la inestimable
ayuda de su hijo Alberto, un laboratorio fotográfico que dio servicio a
profesionales y aficionados de toda España.
De forma amateur, pero con
un sentimiento tan apasionado como el de su padre, Bartolomé Ros Amador (Ceuta
1933), un joven a una cámara Rolleiflex pegado, fotografió su vida y la de
quienes quería con el único afán de disfrutar. Criado y educado en una ciudad
abierta y moderna como era Tánger en la década de los años 40 y 50, en su
archivo hay imágenes de su familia, sus amigos, sus profesores y compañeros y
de todos los lugares que visitaba. Si alguien tiene una fotografía realizada
por Bartolomé Ros jr. conoce el lugar y el momento exacto por el que pasaba su
vida.
Alberto Ros Díaz (Madrid
1969), nieto y sobrino de los anteriores, es el presente y el futuro. El sólo
visita el pasado cuando trabaja sus colodiones húmedos, un proceso utilizado
entre 1850 y 1880 mediante el cual se obtienen positivos directos sobre placas
de aluminio (ferrotipos) y cristal (ambrotipos), por lo que el original de cada
pieza es único. La imagen se forma a partir de la reacción química de las sales
metálicas con el nitrato de plata. Una técnica tan extraordinaria e imperfecta
como el ser humano.
Hidden Humanity, su primer
proyecto fotográfico, es una mirada a esos aspectos que conforman nuestra
consciencia y nos enfrentan a nosotros mismos y a nuestra realidad social, un
paseo por el maravilloso reino de la oscuridad interior.
La exposición ha sido
comisariada por Rosa Ros Amador, hija de
Bartolomé Ros y Ros y encargada de la custodia y catalogación del archivo de su
padre.
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