La Sala San Benito de Valladolid acoge la exposición fotográfica
"Jacques Henri Lartigue. Diario de un siglo", hasta el 24 de agosto
próximo. La muestra, que consta de 135 fotografías en blanco y negro y
el vídeo documental "Le siècle en positif" de 55 minutos, ha sido
organizada por diChroma photography en colaboración con la Asociación de
Amigos de Jacques Henri Lartigue del Ministerio de la Cultura de
Francia. Las imágenes que se exponen en Valladolid proceden de la
Donation Jacques Henri Lartigue de Charenton (Francia), donde volverán
una vez finalizada la muestra. El título de la exposición "Diario de un
siglo", remite al libro del mismo título publicado por Lartigue en 1970,
aunque en la misma se muestran imágenes diferentes a las de aquel.
Jacques Henri Lartigue (1894-1986)
fue un fotógrafo y pintor francés. Nació en Courbevoie, París. Empezó a
tomar fotografías cuando apenas tenía 6 años; eran temas principalmente
autobiográficos, de personas y actividades que formaban parte de su
vida. De niño, fotografió a sus amigos y familia en movimiento
–corriendo y saltando, haciendo carreras con cajas de jabón,
construyendo cometas, planeadores y avionetas, colgando de la Torre
Eiffel, etc.-. Además, fotografió grandes eventos deportivos, incluyendo
carreras de coches como la Copa Gordon Bennett y el Gran Premio
francés, así como a pioneros de la aviación, como Grabriel Voisin, Louis
Blériot y Roland Garros, o a tenistas como Suzanne Lenglen, en el
torneo del Abierto de Francia.
Aunque estos formatos se hayan visto menos, muchas de sus primeras y
más famosas fotografías fueron realizadas originalmente como imágenes
estereoscópicas, pero Jacques Henri también produjo gran número de
fotografías en otros formatos, incluyendo placas de cristal en
diferentes medidas, algunos de los primeros autocromos y en película de 2
¼’’, de 35mm. Su gran logro fueron los cerca de 120 enormes álbumes de
fotografías, que componen la mejor autobiografía visual producida hasta
la fecha.
Mientras que en su juventud vendió algunas de sus fotografías, muchas
de ellas a revistas deportivas como La Vie au Grand Air, más tarde se
centró en su carrera pictórica, con la que se ganaba la vida, aunque
mantuvo diarios escritos y fotográficos durante toda su vida. A los 69
años, las fotografías que tomó en su niñez fueron descubiertas por
Charles Rado de la Agencia Rapho, quien le presentó a John Szarkowski,
por aquel entonces conservador del Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva
York, quien le organizó una gran exposición de su trabajo en el museo.
Poco después publicó un reportaje fotográfico en la revista ‘Life’ en
1963, en un número que, casualmente, estuvo dedicado a la conmemoración
de la muerte de John Kennedy, lo que le proporcionó la mayor audiencia
del mundo. Su primer libro, ‘Diario de un Siglo’, fue publicado poco
tiempo después con la colaboración de Richard Avedon. Desde entonces,
innumerables libros y exposiciones en todo el mundo han destacado las
fotografías de Lartigue. Continuó haciendo fotografías durante las
últimas tres décadas de su vida, alcanzando finalmente el éxito
comercial que hasta entonces se le había resistido a un hombre que
muchos consideraban poco mundano.
Aunque
fue conocido sobre todo como fotógrafo, Lartigue fue un pintor
competente, incluso de cierto talento, que expuso su obra en los salones
oficiales de París y en el sur de Francia desde 1922. Fue amigo de
numerosas personalidades de la literatura y el arte, como el dramaturgo
Sacha Guitry, la cantante Yvonne Printemps, los pintores Kees van
Dongen, Pablo Picasso y del artista, escritor y director de cine Jean
Cocteau. Trabajó asimismo en la producción de películas de la mano de
Jacques Feyder, Abel Gance, Robert Bresson, François Truffaut y Federico
Fellini. Muchos de ellos, además, se convirtieron en sujetos de sus
fotografías. Lartigue fotografió a todos aquellos a quienes conoció y
con quienes estuvo en contacto, aunque sus musas más frecuentes fueron
sus tres esposas y su amante de principios de los años 30, la modelo
rumana Renée Perle. Hasta sus últimos días siguió trabajando en la
fotografía, la pintura y la escritura, legando un archivo de más de
100.000 imágenes, 7.000 páginas de sus diarios y 1.500 pinturas. Terminó
sus días en Niza, el 12 de Septiembre de 1986, a la edad de 92 años.
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